ARGENTINA. El hombre estaba cansado de trabajar y dijo que haría cualquier cosa para poder jubilarse lo antes posible. Es por eso que, mironeando la ley, sabía que las mujeres precisaban 5 años menos que los varones.
Es así que Sergio pasó a ser “Sergia”. Si bien es cierto que no se sometió a ninguna cirugía ni nada, logró cambiarse de nombre mediante la ley que habilita a esto.
Casado y separado dos veces, actualmente de novio con una mujer mucho menor, “La llama”, como se lo apodó, trabaja dentro de la AFIP, entidad responsable de la recaudación de impuestos en Argentina.
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