La alergia es una reacción de nuestro cuerpo cuando entra en contacto con una sustancia que considera dañina o extraña. Cuando se trata de una alergia alimenticia, como puede ser el glúten o a los frutos secos, es sencillo de evitar. En cambio, cuando se producen por factores medioambientales, la prevención se vuelve un desafío.
Aunque la palabra alergia, en la mayoría de los casos la relacionemos con la primavera, no tiene por qué ser así. Durante todo el año hay factores ambientales que influyen en nuestra salud. No podemos olvidar que durante el invierno con el uso de calefacción se puede producir una mayor sequedad en el ambiente. Para combatirla, se recurren a aparatos como los humidificadores, para que el ambiente sea más agradable.
El uso de este tipo de productos puede propiciar las alergias producidas por hongos, al igual que ocurre en zonas del litoral, donde esa humedad ya está presente de manera natural.
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