Luego de seis años de estar juntos y con una niña de por medio, su mujer decidió dejarlo. Él afirma que seguirá luchando para recuperar a ambas

Después de 6 años, la mujer de mi vida se alejó de mí. Ya no venía a la casa, se iba a dormir cada vez más en lo de su mamá donde se quedaba nuestra hija semanalmente. Navidad y Año Nuevo pasé solo, nunca pero nunca me dolió tanto estar así porque me di cuenta que la perdía.

Le supliqué muchas veces para intentar luchar, ya que empecé de nuevo a trabajar bien y mi meta era para este año comprar un terreno y hacer nuestra casita. Soñaba con estar los tres juntos, pero ya me dijo que lo nuestro era rutina. Le pedí que me jurara que ya no me ama y no pudo siquiera levantar la mirada para decirme nada, hasta que llegó el 14 de febrero y ella recibió un oso enorme de peluche, cosa que yo nunca podría comprarlo.

Me enteré después por sus amigas que había alguien que le ofrecía mucho más que yo, mi mundo se vino abajo. No soy el mismo desde entonces, al poco tiempo la vi de la mano con ese alguien y me di cuenta de que la perdí.

Yo sigo trabajando y entré a estudiar otra vez, tratando de olvidar, no tengo a nadie y ya no creo en nadie.

Sin embargo, la ayudo con mi hija en lo que puedo, con todo el amor, ahora vi que tiene ropero nuevo, se pagó sus cuentas, todo lo que debía, me parece bien, solo que me hubiese gustado simplemente que se siente y me diga la verdad. Ella se marchó sin que hablemos.

La amo más que a mi vida y cada día al despertar pido a Dios por ella y mi hija, para que las cuide. Pienso que estoy pagando mis malos hechos, pero lo acepto, solo quiero decir a todos que valoren a la persona que tienen a su lado, yo perdí a una niña hermosa y luchadora. Te digo Marian que te amo y te deseo una verdadera felicidad, ya que es inútil, como me dijiste hace poco. Solo quiero que recuerdes que te amo y te amaré por siempre y que seguiré luchando y que en el futuro talvez llegue a ser alguien. Cada día que pasa me siento destrozado, ya no soy ese hombre fuerte que era antes, pero me queda luchar.

FRANCISCO, DE CAPIATÁ, 33 AÑOS

RESPUESTA: Cuando las situaciones son inexplicablemente dolorosas es mejor reconocerlas, aprender de ellas y seguir adelante. Así como en la guerra, en el amor también se pierde o se gana, talvez hoy te toca estar del otro lado de la gloria. A veces es mejor pensar que todo aquello que no terminamos de comprender forma parte de una experiencia que necesariamente debemos vivir para aprender, porque nunca terminamos de aprender. En estos días vi en el micro a un hombre tocar una guitarra con un peine atado al puño, el señor no tenía dedos!, pero las notas eran perfectas con una afinación única. El amor es una fuerza que puede servirte para tomar impulso y cumplir tus sueños, aunque esa persona ya no comparta los mismos contigo. En algún momento la herida sanará y te darás cuenta de que todo es parte del aprendizaje, una fabulosa oportunidad que todos tenemos en esta vida.