• LIGA LUQUEÑA. Un encuentro deportivo entre Porvenir y 18 de Enero de la Liga Luqueña tuvo su fatídico final en Maka’i.

Víctor Rafael Caballero salió de su precaria vivienda para ver lo que sucedía en la esquina de su cuadra, donde se producía un enfrentamiento entre barras de dos clubes de barrio. Su hermano le pidió que vuelva al interior de la casa, por seguridad.

Cuando decidió obedecerle, de la esquina, de entre el tumulto de jóvenes responsables del encontronazo, una bala viajó casi media cuadra para atravesar su pecho, perforar el corazón y salir nuevamente del cuerpo para terminar por un árbol. El responsable del tiro fue detenido.

Sucedió en la compañía Maka’i de Luque. “Él era demasiado trabajador, todos les conocen acá. Me decía siempre ‘yo por ella trabajo, me muero por ella’, por su hija. Siempre fue bueno con todos”, contó Ramón Caballero, tío del fallecido que dejó una hija de tres meses de tiempo con síndrome de Down.

Si bien “Rafa”, como lo conocían, no vivía con la madre de su pequeña, la misma vivía con él, en su casa ubicada en las inmediaciones de Coronel Martínez y Tomás Ozuna.

El fatídico hecho se origina en un encuentro futbolístico entre los clubes de Porvenir y 18 de Enero. El autor del disparo, Alejandro Pérez Pérez, barra del primer club citado, iba a bordo de un automóvil Nissan Sunny, cuando al llegar a la cuadra del finado, es apedreado en la esquina por simpatizantes del otro club.

Pérez, desde el rodado, sacó su revolver 38 mm y disparó. La bala recorrió cerca de 40 metros hasta dar con Rafael, quien estaba mirando desde el frente de su casa el hecho que acabó con su vida.

Víctima ni siquiera era un “barra”

Rafael era carpintero. Su padre había fallecido hace tres meses y trabajaba para mantener a su familia junto a sus 11 hermanos. “Él ni salía de acá, nunca fue barra brava, oligareiete. Se pasaba trabajando por su hija y por su mamá”, contó Brian Cabrera, concuñado del infortunado. Todos los familiares de Rafael se mantuvieron en un llanto silencioso y prefirieron no dar declaraciones a la prensa. En tanto Pérez, fue sometido y la prueba de parafina y el resultado coincidió con los restos de pólvora que habían en la herida mortal de Rafael. El mismo fue imputado por homicidio doloso.

Encontraron la bala del homicidio

En el momento en que llegamos al hogar de Rafael, donde estaba siendo velado, niños que se encontraban en el lugar divisaron la supuesta bala del hecho por un árbol, que coincide en la dirección de la línea del disparo. Hasta el cierre de esta edición no se tuvieron resultados sobre los estudios hechos. Por su parte, Alejandro Pérez Pérez, tras realizar el disparo, huyó y dejó el vehículo en manos de su hermano menor de 17 años en una estación de servicios cercana. Huyó en una moto, pero en el transcurso de la noche se entregó a la Policía. El hecho ocurrió el domingo a las 18:00.

“Hace falta que vengan los linces”

“Acá hace falta que vengan los linces”, opinó una doña que no quiso dar su nombre, pero que manifestó estar harta de los delincuentes que merodean la zona diciendo ser seguidores de los clubes de la Liga Luqueña. Simpatizantes de ambos clubes venían desafiándose en redes sociales, previo al partido de este domingo pasado.