Desde el 2003 que la mamá viene batallando para que el papá ponga lo que tiene que poner, o sea, el efectivo de cada mes para que a la criatura que tuvieron entre ambos no les falte nada.
Pero, el hombre medio que anda “fayuteando” por la pinta, porque ya se juntó un montón de plata y se le puso negra la morcilla. Actualmente, la “cuentita” subió a ¡72 millones de guaraníes!, por lo que la fiscala que está atendiendo el caso, Daniela Benítez, en seco pidió que se eleve la causa a juicio, con lo que en cualquier momento Gilberto, el papá, podría ir a parar a la cacerolita.
El 15 de setiembre del 2003 el juez de la Niñez y la Adolescencia, Carlos Fretes, condenó a pagar el 25% de su sueldo, pero más adelante, la mamá realizó otro juicio de aumento de asistencia alimentaria. A partir de setiembre del 2015, ya una jueza ordenó que pague G. 1.100.000 por mes.
Con el transcurso del tiempo los billetes jamás aparecieron y la cuenta de por sí pesada se volvió un cifra casi impagable, pero que el prójimo va a tener que fabricar de algún lado si no quiere terminar adentro.
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