- LA POLÍTICA. Entre las precarias casitas de madera de un refugio, se forja el sueño de este joven de ser un gran político
El sudor se hacía presente en el rostro de Silas Gadiel Jordán, mientras se dirigía al sitio que temporalmente es su casa, una endeble estructura de madera y zinc, frente mismo al Congreso Nacional. Allí se instalaron con toda su familia huyendo del agua que inundó su verdadero hogar, hacia la cancha del 3 de Febrero, en el corazón de la Chacarita.
Con una mochila en las espaldas, Silas, con sus 19 años y sin importarle cómo amanezca el día, sale a recorrer las calles céntricas de Asunción para sacarle brillo a los zapatos de transeúntes de la ciudad y así ganar un poco de platita. “Cuando tenía cerca de 9 años empecé a trabajar, mi papá me hizo para mi cajón de lustre y salí con otros amiguitos a trabajar. Todo empezó porque a veces mi papá tenía para mi recreo y otras veces no, entonces le dije que también quería trabajar y tener mi platita”, contaba el joven.
Él es el mayor de 3 hermanos. Contó que su papá siempre fue un ejemplo de trabajador para él, ya que siempre veía a su padre haciendo lo que sea para sacar adelante a su familia. “Mi papá es un guerrero, él hace de todo, es electricista, carpintero, plomero, de todo. No tiene luego problema con tal que sea un trabajo honesto”, decía Silas, dejando salir una sonrisa del rostro mientras describía a su padre.
Silas contó que desde siempre recibió ayuda de la gente ya que incluso tiene como clientes a importantes políticos a quienes les lustraba sus zapatos. Hasta logró conseguir una beca para estudiar Derecho en una Universidad privada y así no perder el tiempo y llegar a su meta. “Primero quería estudiar Comercio Internacional, pero después dije para seguir Derecho, yo quiero ser algún día un político conocido y ayudar a la gente. Acá voy a trabajar dentro de unos años más”, dijo señalando el edificio del Congreso Nacional, con una gran sonrisa en el rostro.
“Cabeza Nike” es el apodo de Silas, y se le dice así porque en la cabeza tiene una cicatriz en forma del logo de la famosa marca deportiva.
10 AÑOS
Es el tiempo que lleva Silas siendo lustrabotas y ganándose la vida de manera honesta.
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