En la compañía de Entre Ríos de Ybycuí, departamento de Paraguarí, desde lo lejos se huelen las chipas que se cocinan en el tatakua de Nelson Vidal Villalba (29), “el chipero delivery”.

“Ahora que termina la época de las verduras, porque hace mucho calor y se pudren todo, yo hago las chipas”, he’i Nelson. Anteriormente realizaba combo de todas las verduras que corresponden a una comida y las vendía a un precio muy accesible, por todo su barrio.

Actualmente está en el último año de nutrición y para solventar los gastos decidió ofrecer chipas por el Facebook.

Además de la tradicional chipa de almidón, hace sopa paraguaya y chipa guasu. El arriero vive con sus padres, Néstor Ruiz (73) y Antoliana Vi l lalba (60), quienes suelen ayudarle a hacer la chipa.

Con todo lo que junta de las ventas cubre sus gastos y los de sus padres, quienes dependen totalmente de él, y es por ambos que sueña ser un profesional.

“Cuando llueve es muy difícil entregar los pedidos, pero igual me voy para no quedar mal con los clientes”, he’i anga Nelson, quien se va en su moto hasta la ciudad que queda a 10 kilómetros de donde vive y para llegar debe pasar caminos muchas veces intransitables. Nelson busca conseguir su título para trabajar a full y cumplir todos sus sueños.

“Labura a full” siempre con la ayuda de sus padres, he’i

Nada se le escapa a este arriero. En la temporada de las frutillas hizo platal con su venta que le alcanzó para pagar por su tesis, que debe defender el próximo año.

“Ahora ya viene la época del coco, y ese junto para vender también”, he’i el hombre que le saca provecho a todo lo que encuentra. Este hombre no conoce kane’o porque todo lo hace pensando en sus padres.

Desde que tenía 7 años ayudaba a su padre en la chacra y cuando ya pudo solo empezó a plantar en su propia huerta. “Lo que obtenemos de la chacra no sirve para la venta porque la gente no valora el esfuerzo”, he’i porque nadie quiere pagar el precio que piden por sus productos.

Nelson tiene varios hermanos pero todos ya formaron su propia familia, y solo él se quedó para acompañar a sus padres. El chipero he’i que no tiene hijos y que no está en sus prioridades.