Aguantó casi 48 horas en un pozo, con fracturas, deshidratación y una hipotermia leve. Contó que por horas oró a Dios para que pueda salvarse.
“Cuando no es tu hora, no es tu hora”, es una frase que además de ser muy antigua es muy cierta avei. Y el caso de don Bonifacio López lo comprueba perfectamente.
El hombre hace días había caído a un pozo muy profundo en donde estuvo por dos días, pero sobrevivió gracias a sus oraciones, según contó. “Todas las horas que estuve ahí le recé a Dios, porque tenía miedo de morir, pero gracias a él me salvé”, afirmó a Crónica el capo.
Aseguró que desde lo más profundo de este pozo, que estaba ubicado en una zona despoblada, en el distrito de Yatytay, departamento de Itapúa, clamaba por ayuda, pero lamentablemente nadie le escuchaba, pese a que cerca del lugar se encontraba un camino muy utilizado por los pobladores.
“Yo escuchaba todo lo que pasaba afuera, pero nadie me escuchaba a mí”, explicó. Agregó que llegó hasta ese lugar cuando se estaba dirigiendo a su casa y con la intención de acortar el camino, tomó otro que él no conocía mucho.
Después de recorrer unos metros, a causa de la oscuridad, no se dio cuenta de lo que estaba en su camino y fue ahí cuando se fue directo al fondo del pozo.
Esta experiencia, que aparte de estar llena de esperanzas, milagros y oraciones, avei estuvo marcada por miedo, desesperación y dolor, ya que don Bonifacio no encontraba ayuda por horas, además de sufrir varias lesiones en el cuerpo, producto del impacto al caer al pozo.
Sin embargo, para este hombre lo que vivió va a formar parte de su pasado, pero que no olvidará nunca, según él, ya que fue el milagro de su vida y que el mismo se encargará de contarle a todo el mundo ndajeko.
Su brazo se le rompió y creyó que era de otro
Aparte de sufrir el peor dolor de su vida, don Bonifacio le quitó el lado gracioso a lo que le pasó. “Me rompí el brazo y como que estaba detrás de mí, pensé que se trataba de otra persona”, le bajó. Además, el hombre ra’e tuvo fracturas de las piernas, lo que le imposibilitaban avei moverse dentro del pozo.
Tras un largo pedido de ayuda, don Bonifacio al fin pudo ser escuchado por un vecino, quien apúrope llamó a los bomberos para rescatarlo del feroz hoyo. “Uno de los vecinos se acordó de que ahí había luego un pozo y se fue directo a buscarle ahí”, he’i a Crónica don José Cantero, compadre del hombre del milagro.
Se fue ashá para someterse a cirugías he’i
Don Cantero contó a Crónica que por la gravedad de las heridas Bonifacio tuvo que ser trasladado hasta el hospital de Posadas. “Ellos le iban a llevar hasta el Hospital Regional de Encarnación, pero se va a ir para morirse, por eso le dije que le lleven nomás a la Argentina”, he’imi el capo.
Ahora, don Bonifacio va a someterse a varias cirugías por las fracturas que sufrió en sus extremidades. “Legalmente es un milagro que esté vivo, pero él es muy católico luego, por eso seguro que se salvó”, explicó avei don José Cantero.
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