- LORENZO AGÜERO
- CORRESPONSAL
Miguel Ramírez (63), con tan solo 12 años comenzó a trabajar en la tapicería en la capital del país, con su padre, hombre de quien aprendió el oficio. Por circunstancias de la vida, buscando un mejor futuro se mudaron al Norte, a la ciudad de San Pedro del Ycuamandyyú, capital del departamento de San Pedro, donde insta ló su propia tapicería con pocas herramientas.
De aquella mudanza ya pasaron 41 años y asegura que gracias a su esfuerzo, este bello y sacrificado trabajo le ayudó a poder sostener a su familia.
“Hace 41 años que trabajo plenamente en la tapicería, yo aprendí este oficio de mi padre, quien fue artista en la tapicería, trabajé con él en Asunción.
Mi papá me regaló una máquina de coser con el cual empecé y mediante este trabajo logré mantener a mi familia, de darle educación a mis hijas, tener casa”, dijo el tapicero.
Mientras grampeaba la cuerina a una de las piezas de un sofá que reparaba en su tapicería, don Miguel contó que este trabajo le dio todo y aseguró que le gusta todo lo relacionado a la tapicería.
“Hago de todo, arreglo cartera, valija, sillón, sofá cama, juego de living, cortinados, alfombrados, forros de asientos de los vehículos, de motocicletas, hasta forro de asientos para bicicleta suelo fabricar”, terminó diciendo el arriero.
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