Uno de los incontables pasillos del más populosos mercado, el 4, se encuentra totalmente vacía. Este es el lugar que recibe centenares de personas, sin importar el día ni la hora. Hoy la ausencia de la gente es notoria y no solo por ser un día santo, sino que el terrible y temido Coronavirus hace que los trabajadores no vayan a su puesto de batalla.
El silencio del lugar es el protagonista, pero cada tanto se escucha el ruido de los pájaros que baja por los techos de chapa buscando algo que picotear.
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