El calor llegó para quedarse y como pasa siempre se empezó a resentir la falta de agua en varias zonas del país. Una de ellas es el barrio Kokue Guasú de Areguá, donde a diario sufren este problema.

Pero los lugareños tienen un “as” bajo manga que les “salva todito” de esta situ: el Ykuá San Francisco, una naciente de agua que lleva ya muchos años en un terreno baldío, cerca de la Capilla San Francisco de la zona.

Allí, muchos se van a surtirse del líquido vital, incluso se dieron momentos en donde la gente iba a bañarse. Además, según Javier Alcaraz, poblador de la zona, tiene una “magia” aparte que lo hace aún más atractivo.

“Es una naciente que tiene su historia y en todo momento fluye el agua», expresó.

“Estamos en un momento en que los cortes de agua se dan todos los días… ¡a cada momento! Y la verdad que además de ser una naciente emblemática, por los años y la historia que lleva consigo, es prácticamente el lugar donde los lugareños nos surtimos de agua cuando falta”, añadió.

“Recuerdo que hace un tiempo, cuando nos quedamos cuatro días sin agua, parecía un carnaval. La gente iba a acarrear en baldes y también muchos se bañaban ahí”, comentó el joven.

Agregó que muchos vecinos están sugiriendo acondicionar la naciente para poder utilizarla de forma constante.

“Es necesario purificar el agua y para eso se desagua el pozo y se saca toda la suciedad. La gente está cansada de la falta de agua y muchos están sugiriendo volver a los tiempos de antes, utilizar este pozo para surtirnos de agua”, contó.

Los pobladores se encargaron de levantar hace años ya una estructura de pozo alrededor de la naciente. En varias ocasiones la construcción ya se desmoronó y tuvieron que volver a reconstruirla.

Sus aguas fluyen hace centenares de años

Según los pobladores más añejos de la zona, el Ykuá San Francisco data del año 1700. Don Eduardo Estigarriba, aunque ahora vive en Argentina, tiene sus raíces en Kokue Guasu de Areguá. Relató que la “magia” del Ykua está en que nunca, ni si quiera en las más grandes sequías el agua dejó de fluir.

“El Ykuá San Francisco es agua naciente. A través de los años le pusieron ladrillos, pero aún así fluye en la superficie y desemboca en la laguna Guazú. Data del año 1700 más o menos. En época de sequía era el único que alimentaba a la ciudadanía”, contó.

«En aquel tiempo colocaron durmientes de madera y lo pusieron en forma escalonada, uno arriba de otro como un cuadro. Lo hacían así porque los carros se acercaban bastante al manantial y destruían, por lo tanto llevaban agua turbia. Los carros llegaban de madrugada, haciendo cola para abastecerse de agua», siguió.

Agregó que la propiedad donde está el ykuá era de su querido abuelo, don Domingo Estigarribia. «Cuando compró el terreno, el ykuá ya estaba ahí. Luego mi padre Eliodoro Estigarribia Avalos, en 1970 reemplazó los durmientes de madrera por ladrillos. Hasta hoy emana agua en la superficie», añadió.