POR ARIAMNE ROA

Atrás quedaron esos tiempos en los que para saber el nombre de una canción había que estar pescando en la radio para grabar y después buscar a alguien que la conociera.

O la época en la que para hacer una llamada debía haber toda una “procesión”, en la que una funcionaria tenía que decirle a algún chofer que le avise a un vecino que a “Fulanito” se le iba a llamar a tal hora desde tal parte. Y sí, hoy con un mil’i de saldo y un “smart” está todo solucionado.

Lo que es “comunicación”, había. Y no solo por eso de “pueblo chico infierno grande”, sino porque de una u otra forma la gente se agenciaba para ponerse en contacto con quien quería. Claro, no era así nomás, sino que incluso llevaba ¡hasta semanas!

Cincuenta años atrás casi no existía siquiera el teléfono a disco y muchísimo menos el celular o internet.

Doña Mercedes Alcaraz, jubilada de la ex-Antelco (hoy Copaco), cuenta cómo se hacía décadas atrás para comunicarse con los parientes.

“Yo empecé como mensajera en el año 1967, cuando tenía 23 años. En esa época era todo muy sacrificado, recuerdo que mi primer sueldo era de 5.000 guaraníes”, cuenta Mercedes.

“Teníamos solo dos líneas en la oficina de Escobar (Paraguarí). Allí la gente esperaba por horas si quería hablar, dependíamos de una operadora que pasaba las llamadas porque los teléfonos eran a pila. Se usaba con una manivela para cargarlos. El aparato parecía un molino de carne”, recordó entre risas.

“La gente hablaba por orden de llegada y dependiendo si la línea está habilitada. Por eso se podían hacer las llamadas de solo tres minutos, para que todos puedan comunicarse.

Cada llamada costaba 48 guaraníes por tres minutos, más 10 guaraníes que se cobraba por derecho de cabina. Eran otros tiempos, ahora no hay una familia por más humilde que sea que no tenga celular”, recordó.

Los “grupos de WhatsApp” eran las despensas de barrio

Tiempo atrás, y no en la época de los dinosaurios, sino hace tan solo 50 a 60 años, el mundo era otro totalmente diferente.

Muchas cosas que la gente “de antes” ni imaginaba que iban a pasar hoy, tampoco la nueva generación logra comprender ¡de cómo “demoños” se manejaban con tanta precariedad! Es más, hay quienes no llegan a entender o tan siquiera imaginar que “los grupos de WhatsApp eran los vecinos que se reunían en las despensas del barrio”, donde no había emoticones pero sí lenguas filosas que… ni hace falta contar.

Caminaba un kilómetro para avisar que había una llamada

“Muchas veces recibíamos llamadas pidiendo hablar con algún poblador.

Entonces tenía que caminar muchas veces hasta un kilómetro para avisarle a la gente que tenían una llamada en la Antelco.

Ellos iban a esperar a veces mediodía hasta que la persona volvía a comunicarse”, cuenta.

“Otros usaban los famosos telegramas, en donde se escribían casi por clave, porque se cobraba por palabra. Recuerdo que eran cuatro guaraníes por palabra. Había lugares muy lejanos en donde ya no se podía llegar, a esa gente le llegaba información de sus familias o sus patrones por medio de la radio local, en donde decían por ejemplo ‘don fulano, tu hermano necesita que te comuniques urgentemente’”, contó doña Mercedes.

MÁS DATOS

DON VÍCTOR

“Una vez llamó el finado Víctor Benítez, cuando falleció el autor de la famosa música ‘Mi pueblito Escobar’, don Emigdio Ayala Báez. Justo la oficina estaba cerrada y demasiado mucho me retó en su programa de radio”, recordó con humor.

“JEGUSTÁ”

En las antiguas “Antelquitos”, como se le decían a algunas de las oficinas en el interior por lo chiquitas que eran, se centraba el “jegusta” de muchos estudiantes, quienes usaban las cabinas para contactar con el “amor de su vida” en el trabajo o la casa.