Por Ariamne Roa

En una época en la que la ciudadanía está pidiendo cambios al gobierno de Marito, desde la “capital del tomate”, 3 de Febrero (Caaguazú), los productores claman que se acuerden de ellos, que también son paraguayos, nacionalidad que solo parece valer cuando los hurreros de turno van a pedir votos.

Con más de 15 mil pobladores, la gran mayoría de ellos se dedica a la agricultura, donde la cosecha de tomate y locote es el único medio con el que cuentan para hacer dinero.

“Acá la gente se dedica solo a la plantación de tomate y locote. No hay otra producción. Por generaciones lo vienen haciendo. Es el único sustento de las familias de este lugar. Hay veces que no pueden vender sus productos por culpa del contrabando y las pérdidas son enormes, pero se vuelven a levantar”, dijo Graciela Ortiz, coordinadora social.

“La ciudad necesita de un ente financiero. Acá no hay un banco, financiera o alguna cooperativa que pueda dar créditos a los productores.

Ellos tienen grandes extensiones de tierras que pueden dar en garantías para comprar vehículos y que sean ellos mismos quienes salgan a comercializar sus tomates antes de dar a los acopiadores a un precio regalado o simplemente tirar a los chanchos”, dijo.

Una de las grandes luchas que tienen es el poder obtener ayuda para poner una fábrica de conservas, que les permita evitar la pérdida de lo único con que cuentan para alimentar a sus familias. Por ahora son promesas incumplidas a un pueblo humilde de políticos oportunistas. Pero la fe, el temple y la esperanza, marcados a fuego en su sangre guaraní se mantienen intactos.

“Nunca tuvimos ayuda del Ministerio de Agricultura”

El ingeniero agrónomo Marcos Vera (26 años) contó que él creció en medio de plantaciones de tomates y locotes. Así como sus otros dos hermanos que también son agrónomos, desde las cuatro de la mañana ya empiezan los trabajos en sus plantaciones.

“Cada tres meses cosechamos Es muy sacrificado el trabajo y también es muy costoso su cuidado.

Los acopiadores vienen a llevar de acá a 2.500 guaraníes el kilo. Con ese precio empatamos, pero no quieren pagar un precio justo. Cuando entra mucho contrabando prácticamente les regalamos a 1.000 guaraníes por kilo. Hay veces que no vendemos nada y toda nuestra producción comen los chanchos y vacas o directamente tiramos en el campo. Nunca tuvimos ayuda del Ministerio de Agricultura ni del Gobierno”, contó.

Las vacas y chanchos le salvan he’i

Diosnel Martínez (31 años) se encontraba regando sus 15 mil plantines de tomates y locotes. Lo hace tres veces al día. “Cada planta nos da 10 kilos de tomate que se pueden cosechar en tres meses. Ya tengo preparados chanchos y vacas para vender si de por ahí no tenemos comprador para esta producción. Con la venta de esos animales podemos solventarnos y esperar hasta la próxima cosecha. Así es nuestra vida aquí”, contó.

Destacó que siempre “nos levantamos solos, no tenemos ayuda de nadie. Nos gustaría que en la zona se coloque una fábrica de conserva, así vamos a tener asegurada nuestra producción y ver el fruto de nuestro sacrificio diario”.

Piden que el Gobierno se interese hína

Julio Ovelar (32 años) dijo que “el contrabando nos está matando. Por culpa de eso se nos funden nuestros productos. Nos endeudamos para volver a empezar, queremos una fábrica de conserva para que le dé trabajo a la gente de esta ciudad. Necesitamos un precio justo y comprador seguro, así no va a haber pobreza en nuestra ciudad. Todos vamos a ser beneficiados.

En la cosecha pasada no pudimos vender un solo locote por ejemplo en esta ciudad. Fueron 30 mil kilos de locote que se fundieron porque había mucho contrabando y ningún productor pudo vender una sola fruta”, contó.

DATO

PRECIO JUSTO

Los productores manifestaron que si pudieran llegar a vender sus tomates a 4.500 guaraníes el kilo, ellos tendrían una pequeña ganancia. Los acopiadores compran sus productos a 2.500 guaraníes o 3.000 para traerlos a revender en el Mercado de Abasto.