Dora León vino desde San Pedro del Ycuamandyyú para poder salvar la vida de su hermano infectado con coronavirus.

Miradas llenas de angustia y de preocupación desvían la atención de la realidad y se pierden en lo profundo de la mente en el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias y del Ambiente “Max Boettner” (Ineram). La lucha sigue siendo intensa para todas las personas que a diario se desviven esperando a que la buena nueva llegue para poder dirigirse a sus hogares.

Dora León (36) es oriunda de la ciudad de San Pedro del Ycuamandyyú, departamento de San Pedro, y el complicado cuadro de coronavirus de su hermano le trajo hasta la capital para enfrentar uno de los desafíos más grandes de su vida y la de su familia. “Estamos acá hace 15 días. Nos trasladaron de allá cuando mi hermano ya estaba mal. Llegamos justo a tiempo, en el último minuto”, detalla la mujer sobre su odisea cuando el maldito virus llegó a sus vidas.

El viaje fue muy difícil. Pese a que vinieron hasta la capital en una ambulancia, no sabían el futuro que les esperaba. “Vinimos muy rápido, pero cuando llegamos acá nos impactó. En el interior no es tanto como acá”, tiró la mujer.

Dora aseguró que si bien el virus ya llegó hasta su zona, la situación de colapso nunca vieron y es justamente eso lo que en un principio generó mucho miedo en todos los que venían del interior.

“Yo trabajo en salud allá, pero lo que hay acá asusta más. Vimos cosas muy feas y no queríamos llegar a eso”, expresó la mujer. Explicó que el peor momento para su hermano ya pasó y que ahora solo les resta esperar hasta la recuperación total para obtener el alta y volver a su pueblo natal.

ALBERGUE

Dora mencionó que está muy conforme con la asistencia que le dan en el hospital, ya que hasta tienen camas en donde pueden descansar. “Nos habilitaron un albergue para dormir un poco”, dijo.

Tras guyryry, atención ya mejoró dijo

Según comentó Dora, la faltante de medicamentos en el Ineram siempre hubo, pero no en todos los casos, sino principalmente con los sedantes. “Apracurio y midazolam lo que siempre se compró porque el problema es que no abastece lo que hay. No nos alcanza a todos y si falta, la única solución es comprar”, mencionó.

Explicó que después de todo el guyryry que se armó frente al hospital la situación cambio y la asistencia fue más buena.

“Ahora ya no nos podemos quejar. Traen los medicamentos, atienden bien a los pacientes. Dentro de todo lo que se puede están haciendo y nuestros familiares poco a poco se están recuperando y eso es lo importante”, dijo también.

“Nos apoyamos porque ya somos como una familia”

Si bien la experiencia que están viviendo las personas en los pasillos, salas y hasta veredas del Ineram es verdaderamente traumática,

Dora aseguró que entre todos se apoyan ahí para poder hacer más llevadera la internación.

“Estamos entre muchos acá y de todas partes. Siempre nos apoyamos porque ya somos como una familia”, mencionó.

Explicó que por eso cuando se realizó la manifestación en reclamo a la falta de medicamentos todos estuvieron ahí gritando las quejas, ya que era la única manera de que todos sean escuchados.

“Es difícil para todos los que estamos luchando acá todos, pero llevamos el barco todos juntos como se dice”, le bajó.