Don Adalberto Oviedo, hermano del tachero que enfrentó a Marito en Villarrica, asegura que vive con las secuelas que le dejó el coronavirus.

Fueron 21 días de sufrimiento. El futuro era incierto y el presente solo dependía de la fe que por más fuerte que sea, apenas lo mantenía de pie.

Su salud fue empeorando poco a poco y ni las esperanzas quedaban vivas ante tan difícil pronóstico. Pero poco a poco despertó de ese infierno aunque las heridas hasta ahora no sanaron. Con la ayuda de toda su familia trata de superarlas.

Es lo que relata a Crónica don Adalberto Oviedo (65), un hombre que vivió los peores momentos de su vida después de que el maldito virus se plantó en él y lo tumbó hasta el punto de tener que ser intubado por muchos días. “Cuando entré a terapia me sedaron, cuando estaba boca abajo no sentía dolor, pero escuchaba cosas, tenía sueños. Cuando me pusieron otra vez boca arriba fue mortal. Me agarró un miedo que me hacía peor que mi enfermedad. Estar en terapia fue una verdadera pesadilla”, expresó el hombre, quien se recupera desde su casa con la ayuda de su familia.

Don Oviedo comentó que cuando se acuerda de todo lo que tuvieron que vivir él y toda su familia, las lágrimas le ganan y el miedo le vuelve por lo que asegura que espera poder olvidar muy pronto esa terrible experiencia. Pese a que ya hace casi un mes que descansa en la calidez de su hogar, lejos de la enfermedad, don Oviedo asegura que el maldito virus le marcó para siempre y nunca va a borrar de su mente ese momento en el que la muerte pasó en su frente. “Vi de todo en ese tiempo y espero que esta pesadilla termine ya”, tiró.

BUENA ATENCIÓN

Don Adalberto contó que durante todo el tiempo que estuvo internado recibió una buenísima atención por lo que no puede reclamar nada a los profesionales de blanco. “Me atendieron siempre de la mejor manera”, dijo.

SIN VISITAS

Explicó que sigue con las defensas bajas por lo que se restringe a recibir visitas de sus amigos, quienes le ayudaron en todo momento. “Quiero agradecerles por todo lo que hicieron por mí también a todos ellos”, aseguró.

SU TRABAJO

El karai contó que es peluquero muy conocido de la zona y asegura que su trabajo fue una de las cosas que el covid le sacó. “No sé cuándo voy a volver a trabajar, ese era mi mejor compañero y ya no puedo volver”, he’i.

“Mi hermano es demasiado valiente, me salvó la vida”

Así como muchos, don Adalberto vivió el peor panorama del virus ya que su cuadro cada vez empeoraba, sin la posibilidad de acceder a medicamentos y los doctores ya no le daban posibilidades de vida. Pero fue en ese momento que su hermano, Joel Oviedo, tomó la determinación de ir hasta el límite para conseguir lo que sea necesario para salvar la vida de su hermano.

Fue así que ese hombre, taxista de profesión, aprovechó la visita del Presi y le encaró sobre la falta de medicamentos, siendo en ese momento, noticia en todo el país.

“Me contaron sobre eso y me mostraron todos los videos. Mi hermano es demasiado valiente, me salvó la vida”, expresó emocionado el hombre.

Las secuelas del maldito virus ni le dejan dormir hasta ahora

Don Adalberto asegura que vivirá por siempre con el recuerdo de la maldita enfermedad y por más de que intente no podrá borrarlo para siempre ni de su mente, ni de su cuerpo.

Y es que comentó que tras salir de alta, las secuelas que le dejó el covid son las que le aquejan y en muchas ocasiones hasta no le dejan ni dormir.

“Quedé con dolores en los huesos, no me dejan dormir y siempre me vuelve a la mente todo lo que viví”, contó.

Explicó que hasta ahora sigue tratamientos de fisioterapia y pese a eso no puede caminar bien. “Eso me trabaja todos los días, me pone muy mal”, dijo también.