“Cortar con esta tradición de Semana Santa cuesta”, dijo uno de los pasioneros.

• POR RODRIGO VALDEZ

Don Cándido Ortiz tiene 75 años, pero llora como un niño. Siente en su corazón la tristeza de no poder cumplir este año con una tradición que lo mantiene con fe y esperanza.

“Desde los 9 años que soy estacionero y estamos tristes ahora, a lo mejor no salimos en esta Semana Santa porque no se puede”, dijo al ver que su devoción se ve afectada a causa de esta pandemia.

Los estacioneros forman parte de la rica cultura religiosa que cada año se revive con la Semana Santa y cuyas tristes canciones rememoran la Vida, Pasión y Muerte de Jesucristo. Sin embargo, este año no será así. “Antes por más que haya feroz tormenta salíamos igual, nada nos impedía hacerlo porque nuestra devoción es grande. Cortar con esta tradición, si es que así pasa, cuesta”, confesó. “Rezamos todos los días para que esta pandemia se vaya. Y sabemos que así será pronto”, sostuvo.

Don Cándido es el más veterano de uno de los pocos grupos de estacioneros sobrevivientes en la actualidad.

Se denomina Inmaculada Concepción de María y se encuentra en el barrio Cañadita de Ñemby.

La tradición lleva más de 80 años en su familia y fue transmitida a cada generación.

“Lo que me llena de satisfacción es que por los chicos de las familias siguen nuestros pasos y cuando ya no estemos aquí, ellos seguirán en nuestros lugares”, finalizó el maestro estacionero.

LAMENTO

“Cada vez que se acerca la Semana Santa me palpita el corazón porque saldremos a las calles. Lastimosamente este año no se va a poder”, dijo don Mora.

“Es como si me cortaran la voz”

El estilo del canto que caracteriza a los estacioneros se denomina purahéi jahe’o (canto lamento) y purahéi asy (canto doloroso). La interpretación es totalmente coral, sin apoyo de instrumentos musicales.

“No poder hacerlo en esta Semana Santa por las restricciones es muy fuerte para todo el grupo. Para mí es como si me cortaran la voz”, dijo don Cástulo Mora, de 62 años, quien hace 40 años que es pasionero.

“Para nosotros es una devoción familiar y tenemos 20 canciones que entonamos cada Jueves Santo a partir de las 21:00 por las calles. Este año no lo vamos a hacer y estamos tristes”, dijo al recordar viejas anécdotas que se sumaron durante tantos años de procesión.

“Quedamos pocos, pero esta tradición no va a morir”, he’i

Para buscar el origen de los estacioneros hay que remontarse hasta la época colonial, al ser los franciscanos y jesuitas quienes introdujeron esas prácticas religiosas en América, según los historiadores.

“Desde que soy chiquito estoy en esto y lo quiero hacer hasta que me muera. Quedamos pocos en el país, pero sé que esta tradición no va a morir jamás porque siempre va a haber quienes la mantengan con vida”, dijo don Mora, quien confesó que su mayor objetivo es seguir manteniendo la tradición familiar, a pesar de los cambios que se vive en la sociedad.

Cada vez son más pocos los que siguen con esta costumbre religiosa, dijeron.