• POR RODRIGO VALDEZ

“Era un paseo alegre al hipermercado nada más, y ahora mi amor ya no está. Nuestro hijo no para de preguntar por su papá”.

La que habla para Crónica es Liz Aguilera. Lo hace pausado y de a ratos sube el tono: “¿Ahora quién le devuelve el padre a mi hijo?”, cuestiona superada por el dolor.

Ella es la esposa de César Zaracho, el hombre que el pasado lunes tuvo la desgracia de encontrarse en medio del fuego cruzado entre una banda de delincuentes y guardias de seguridad de la empresa Prosegur, en el estacionamiento del “Hipermercado Luisito”, de Capiatá. César recibió dos impactos de bala y falleció en la tarde del miércoles en IPS.

“De ida al súper él estaba feliz hablábamos del cumpleaños de nuestro hijo Matteo, que cumplirá 3 añitos este 26 de abril. Él no veía la hora que llegue ese día para disfrutar con su campeón por quien se sacrificaba día y noche. Pensaba en el regalo que le iba a dar. Por la pandemia pensábamos hacer algo entre nosotros nomás, pero ahora todo cambió. Él ya no va a estar, estamos muy dolidos”, contó.

Liz comentó que en el hospital pudo hablar con César mientras estuvo consciente.

“En el hospital (Materno Infantil) pude hablar con él por última vez, allí me dijo: ‘Le dispararon a un inocente’. Preguntaba por su hijo, me dijo ‘decile a nuestro hijo Matteo que lo amo mucho’. Allí se quejaba mucho del dolor. Luego de un tiempo fue trasladado a IPS y el miércoles a la tarde recibimos la noticia que falleció”, explicó con la voz quebrada. “Todos los días le voy a decir a Matteo que su papá fue un gran hombre”, finalizó.

Luchar en medio de este dolor

César trabajaba como mecánico. Se sacrif icaba todos los días para darles todo a sus seres queridos, hasta que se convirtió en un número más de la inseguridad.

“Era un hombre lleno de alegría hasta en los momentos más difíciles. Siempre dispuesto a ayudar a los demás. Era trabajador, un hombre ejemplar y querido por todos”, contó Liz desde su casa, ubicada en Capiatá.

“Nos quedamos sin nuestro amor. Por fortuna tenemos familiares y amigos que nos apoyan”, agregó. “Estoy dolida, destrozada, Dios es mi fortaleza. Y por Matteo tengo que luchar en medio de este dolor”, finalizó.

Escuchó disparos y pensó en él: “Me faltaba el aire”

Liz comentó que se encontraba realizando compras con su mamá y su hijo Matteo, mientras que César decidió quedarse en el estacionamiento.

“Cuando estábamos en la caja para pagar escuchamos los disparos. Desde ahí me faltó el aire y ya no podía respirar porque pensaba en él. Lo llamé a su celular y no atendía, luego de varios intentos me atendió y apenas me dijo que estaba siendo trasladado en una patrullera. Yo no sabía qué pasó, fui hasta donde estaba el auto y ahí un joven me contó que mi marido fue herido. Comencé a temblar. Averigüé dónde estaba y fui junto a él. Luego de dos días de lucha, lastimosamente falleció”, comentó.