Matías es voluntario en Clínicas y se le ocurrió dar fuerza a la gente de forma diferente. Su traje le protegió también para hacerlo.

La tristeza y las lágrimas en cada rostro expresan el desgarrador momento que se vive en cada espacio del hospital.

Una angustia silenciosa, un grito de dolor o una sonrisa hacen el día a día de las personas que, sin siquiera pensarlo alguna vez, están en la lucha contra covid-19 desde las carpas de contingencia.

“Vi un video en las redes, era muy simple lo que tenía que hacer, pero iba a cambiar por completo a las personas, entonces pedí ayuda y lo hice”, dice a Crónica el joven Matías Franco, quien desde hace días ayuda a los familiares de pacientes.

Esta vez no llevó medicamentos para los enfermos, ni comida, pero sí un “nutriente” fundamental para que la fuerza no falte y la calma llegue. Matías, quien pese a que está atravesando por un momento muy difícil de su vida, decidió ponerse un disfraz de oso feroz y recorrió todos los pasillos del Hospital de Clínicas repartiendo abrazos a todos los que desde hace mucho tiempo lo necesitan.

“Para mí fue lo mejor. En cada abrazó sentí que toqué el cielo. La gente se prendió bastante a todo y muchos hasta lloraron cuando les abracé. Me decían que hace mucho necesitaban de ese abrazo, de ese calor”, expresó emocionado el joven.

Matías tomó un cartel en sus manos en donde preguntaba a las personas si “necesitas un abrazo” y empezó a caminar regalando momentos llenos de emoción con los que deseó fuerza a todos los que se desvivían por culpa del covid-19.

“Queremos que sientan que no están solos”

Matías pertenece al grupo de voluntarios de la carpa de la contingencia del Hospital de Clínicas.

Desde ahí coordina los albergues en donde tratan de descansar por las noches todos los familiares de pacientes internados.

“Es muy difícil estar acá y ver el sufrimiento de la gente. Pero en cada ‘gracias’ nos demuestran que estamos haciendo bien las cosas y que debemos seguir ahí”, relató.

Matías contó que tratan de darle la contención a todos los que están en la lucha, ya que muchos de ellos están solo y se sienten desesperados por lo que están viviendo. “Lo que queremos que sientan es que no están solos, que nosotros vamos a acompañarles hasta el último día de la batalla y que pronto va a terminar la pesadilla”, indicó.

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Con disfraz se cuida y cuidó a todos contó

Con la ayuda de todos los amigos de la carpa Matías pudo conseguir el disfraz del oso para emprender la batalla contra la tristeza y desesperación.

“Desde que empezó la pandemia los abrazos físicos terminaron, ya no se pudieron hacer. Pensé en eso, que la gente necesita y por eso hice todo eso. Con el disfraz me cuido y les cuido a todos los que abrazo” dijo el capo.

Matías explicó que en otros países están optando por esta iniciativa para poder regalar abrazos y emoción en un momento en donde la pandemia da sus peores ataques. Por medio de la página de la carpa la iniciativa de Matías tuvo repercusión nacional y se ganó la admiración de muchos internautas.