El llamado fue contundente. El fuego ya alcanzaba el grado más grande y de forma acelerada estaba devorando la vivienda ubicada en el barrio Boquerón, de Ciudad del Este.

“Recibimos el llamado y salimos lo más rápido que pudimos porque era de urgencia, el incendio era muy fuerte e iba a costar controlarlo”, mencionó a Crónica el comandante de la Compañía K2 de los voluntarios de la ciudad, Juan José Gómez.

Al llegar al lugar se toparon con lo peor. El fuego había cubierto con el rojo de dolor la casa y empezaba a ocasionarle daños irreversibles a su estructura.

La familia estaba disfrutando del día cocinando en el tatakua a unos metros de la vivienda. Es así que no saben ni cuándo ni cómo empezó el incendio en la casa, lo que también derivó en los grandes daños.

“Nos dijeron que estaban en la parte posterior de la casa. Cuando se dieron cuenta de que había un incendio, el fuego ya estaba descontrolado. El 80% de la casa se quemó”, mencionó el comandante.

Explicó que los dueños de la vivienda, pese al gran daño que tuvieron, se consolaron con las imágenes santas que encontraron y aseguraron que por medio de ellas van a poder salir adelante otra vez.

“Empezamos el ataque en la parte frontal de la casa. Entramos a la primera habitación que prácticamente estaba totalmente quemada. Ahí nos encontramos con una situación que nos sorprendió a todos. En medio del fuego estaban las imágenes santas sin quemarse”, expresó.

La imagen del Sagrado Corazón de Jesús, San Miguel y una Biblia se salvaron del voraz fuego como si estuvieran cubiertos con una capa protectora contra el incendio. “Todos nos quedamos super sorprendidos con lo que pasó. El incendio fue de gran magnitud y prácticamente fueron los únicos que se rescataron”, mencionó el voluntario.

El comandante aseguró que todos los voluntarios quedaron sorprendidos con la intervención. Explicó que de la habitación que estaba prácticamente envuelta en llamas pudieron rescatar las imágenes intactas tras haber controlado el incendio.

“Es algo que no se ve todos los días y las imágenes que vimos hablan por sí solas. La fe tiene mucho poder y todo eso existe”, contó.

Andrés Fernández, presidente de los voluntarios, dijo que en medio de toda la crisis por la pandemia, ese hecho se considera como una gran señal de que debemos seguir creyendo en ellos.

“Nadie puede encontrar una explicación, viene de arriba”, dijo.

Después de que el infierno terminó, las imágenes fueron entregadas a los dueños de la vivienda para que las guarden. “Fue como un consuelo para ellos, dijeron que con la ayuda de ellos van a poder superar esta difícil experiencia”, aseguró.