Desde hoy, Ángel se interna en un centro de rehabilitación para luchar contra su adicción, según contó su abuela.

15 de agosto del 2002. La historia cuenta que en esa fecha se pasó de la tragedia a un milagro en el Hospital Regional de San Pedro. Ángel Ramón nacía sin signos vitales. Todo el mundo lo daba por muerto, menos una obstetra, quien rezó y se encomendó a María Felicia de Jesús Sacramentado, Chiquitunga, para pedirle misericordia por el niño.

Unos minutos después, el pequeño Ángel se recuperó. Desde ahí lo llaman “el niño milagro”. Su caso sirvió para que Chiquitunga sea llevada a los altares de la iglesia católica.

Actualmente, Ángel Ramón tiene 18 años y el “mundo” lo llevó hacia un camino parecido a la muerte del cual fue salvado alguna vez. Ángel es adicto a las drogas, según contó su abuela Beatriz Peralta (63).

“El dolor y la angustia me ganan completamente. Ángel tocó fondo, la droga le está haciendo muy mal. Necesita ayuda”, contó a Crónica desde su casa, en San Pedro.

“Ya no tiene ropas, zapatillas, nada. Vendió todo para comprar crac. Hace poco rompió todo mi ropero, la cama, tele, mesa, porque quería plata para comprar esa porquería. Se transformó. Le veo muy mal por eso nomás cuento esto”, añadió. Pero al hablar, en sus palabras se mezclan el dolor de sentir que su nieto está en el más hondo de los pozos con el optimismo de saber que lo que le espera solo puede ser mejor.

“Cuando él está bien reza y dice: ‘Ayudame Santa Chiquitunga, curame de este mal’”, añadió. “Creemos que ella hará un segundo milagro en su vida y le sacará de las drogas”, agregó.

Doña Beatriz contó que cree que el Todopoderoso y la santa están obrando en la vida de su nieto. “A nosotros llegó un señor de buen corazón, devoto de Chiquitunga, quien consiguió que Ángel pueda ir a rehabilitarse durante un año en un centro especializado para esos casos que queda en Cambyretá, Itapúa”, contó a Crónica.

“Es un ángel que la santa puso en nuestro camino porque nosotros no tenemos plata para pagar eso y él nos consiguió todo y estamos muy agradecidos”, agregó. “Además otro señor nos ayudó con la plata para hacer el viaje. Mañana (por hoy) ya nos vamos para allá para que Ángel pueda recibir ayuda”, finalizó.

“Gracias a Dios y Chiquitunga conseguimos esa ayuda de parte de este noble señor. Yo ni siquiera ya no como porque esto me tiene muy mal. Tampoco duermo bien desde hace mucho tiempo. Me duele mucho”, agregó.

“Ángel tocó fondo a tal punto que vendió sus ropas, sus zapatillas, championes, mi plancha, mis cubiertos y todo llevó para vender y comprar esa droga”, confesó.

“A los devotos de Chiquitunga les pido que recen por él para que pueda tener esa fuerza de ir para delante. Nosotros estamos confiados en que un nuevo milagro se hará en su vida”, finalizó.