La Secretaría de Emergencia Nacional habilitó su albergue para personas que viven en las calles por el invierno. Son personas que son prácticamente invisibles para la sociedad y el Gobierno.
María Torres tiene 48 años, y este año por primera vez llegó al albergue donde tiene comida, una cama limpia y frazadas para aguantar el frío.
No pudo contener el llanto al recordar que fue echada por su propia hermana de la casa y con dolor en el alma contó que tiene un hijo, pero que no la ayuda.
“Hace mucho vivo deambulando por casas ajenas, pero la gente esta acostumbrada a maltratar y ya no quiero vivir así, por eso me fui a vivir en una iglesia, pero allí duermo en el suelo, estoy enferma y no tengo para comprar remedios, solo le pido a Dios que ya me libere de tanto sufrimiento. Necesito un lugar en donde vivir, acá me voy a poder quedar solo hasta el jueves”, dijo muy dolida la doña. “Solo pido un lugar en donde vivir, ya no quiero ser maltratada, mi hermana me hecho de la casa en Ñemby cuando fallecieron mis padres. Siento tanto que solo hasta el jueves me voy a poder quedar aquí”, expresó.
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