Casi toda una vida lleva doña Nora Nilda Vega, docente jubilada, inculcando buenos valores a los niños y jóvenes en las filas de los Scout.

A sus 78 años no puede alejarse de su pasión por educar y se ha convertido en la scout con mayor rango en nuestro país (Cuarto Madero), donde sigue orientando con su experiencia y siguiendo el lema de “¡Siempre listo!” de esta agrupación.

“Desde el año 1978 estoy en el scoutismo de manera ininterrumpida. Soy soltera y no tengo hijos, quizá Dios quiso que solo sea educadora de hijos ajenos. Enseñé en los colegios hasta los 60 años y ahora sigo instruyendo a los jóvenes, pero para que puedan valerse por sí mismos”, contó. “Antes de la llegada de la tecnología los muchachitos eran mucho más amables y amantes de la naturaleza. La llegada de los celulares afectó totalmente el comportamiento de los chicos, ya son muy modernos y no se quieren despegar de sus comodidades para aprender de sobrevivencia”, he’i.

“En los campamentos se enseña disciplina, es como un pequeño cuartel en donde no hay castigos físicos. Todos tienen que respetar las reglas. A las 6 de la mañana con el sonar del pitazo deben estar de pie y arreglar sus camas para luego salir a asearse, lo que se busca que los jóvenes aprendan de disciplina divirtiéndose”, explicó.

La doña contó que a su edad sigue subiendo los cerros y trepando árboles como cuando tenía 20 años, asegura que gracias a estas actividades con los adolescentes y niños no siente el paso de la edad.

Era nadadora muy valé, pero tuvo un susto

“Soy una nadadora profesional, pese a mi edad lo hago muy bien, pero hace unos dos años atrás me di cuenta que el tiempo no pasa en vano, ya que fuimos con un grupo de scout al mar. Me tiré al agua y en un momento dado me di cuenta que me había alejado del grupo. Cuando intenté avanzar un metro las olas me hacían retroceder un metro y medio, allí me di cuenta de mi edad”.

Método para la motivación

“El mejor método para enseñar en las aulas es el de los scout, porque se les motiva a los niños. Cuando el docente se da cuenta que están aburridos se les puede enseñar jugando y de esa manera aprenden más y son motivados con premios o castigos. Hay que buscar la manera más práctica de que los estudiantes puedan aprender. Yo implementaba ese método más de 40 años atrás con mis alumnos”, señaló.