Situación muy penosa es la que atraviesa Don Ramón Flores de 47 años de edad, quien desde hace 8 meses padece de una enfermedad lumbar, que le impide realizar sus labores para salir adelante junto con su pareja, doña Nidia Figueredo, de 41 años.

Tanto don Ramón como doña Nidia, viven en el Barrio Cuatro Potrero de Encarnación, en una precaria vivienda de madera. Allí, a raíz de su problema, don Ramón duerme sobre una cama improvisada que es una puerta vieja con una frazada encima, hecha por su esposa.

Crónica logró contactar con doña Nidia, quien se refirió a la difícil situación de su ména. «Mi marido enfermó en mayo último, de la nada. Dijo que sintió primero en el cuello, le picaba todo y tenía mucho nervio. Trabajamos en venta de verduras y él empezó en ese tiempo con ese problema. Un día salió a trabajar, me dijo que no estaba bien y que le dolía mucho la espalda, entonces, al otro día vino y ya no podía bajar de la moto. Ahí quedó en la cama y yo tenía que hasta bañarle», empezó diciendo.

La doña, agregó que «Tuve que hacer adhesiones para hacerle un estudio de 700 mil y ahí salió que tiene nervio ciático y la columna desviada. En una placa le salió una infección en la cadera, le llevamos a Hohenau y nos dijeron que la cama que teníamos ya no servía, no le ayudaba a mi marido porque nuestra cama de colchón tenía alambres ya todos sueltos, una cama de hace 15 años».

Siguió contando que «empezó a dormir en el piso como tres semanas, sobre una sábana. Después el doctor me dijo que no, que le ponga una especie de tabla y una frazada encima. Entonces hice para su cama de una puerta y hasta ahora está acostado en ese, todos los días me dice que le duele todo su cuerpo».

AYUDA. Por ello, esta pareja sola, sin hijos que vivan con ellos, precisa de la ayuda de personas de buen corazón para que don Ramón pueda descansar en una cama cómoda y así, aliviar su dolor. «Necesitamos de la ayuda de la gente, de alguien que nos done un buen colchón en el que pueda descansar. Necesitamos trabajar porque o sino vamos a pasar hambre. Hace dos años sufrimos un desalojo, perdimos todas nuestras cosas, nuestras casa. Compramos un terreno y hoy ya estamos debiendo 6 cuotas. No tenemos ventilador, sufrimos mucho por el calor, precisamos víveres que podamos comer. Pedimos ayuda a la gente de buen corazón», fue el pedido de doña Nidia.

Don Ramón le hace frente a su dolor con la ayuda de una faja, con la cual sale a trabajar pero ya no puede alzar cosas pesadas. Y cuando llega de su trabajo, doña Nidia tiene que recibirlo y llevarlo hasta su precaria cama.

Para quienes quieran ayudar a don Ramón y a doña Nidia, pueden contactar al 0991-230029.