Agonizante es la situación que están viviendo pobladores de Caapucú ante la falta de agua para beber. Pobladores humildes de varias compañías ya están vendiendo hasta sus chanchitos que tenían pensado faenar en Semana Santa para que no se les mueran de sed, teniendo en cuenta que la poca agua que consiguen día de por medio les sirve solo para su consumo y ya no sobra para los animales.

Doña Felisa Amarilla contó que tiene un pozo artesiano con el cual desde ayer está cediendo a todo el vecindario al menos 2 mil litros de agua al día. «Es alarmante la situación. Duele ver a gente sin agua para tomar. Siempre tuvimos problemas con la provisión pero nunca faltó para tomar. Estoy dando de mi pozo pero también tengo miedo que se seque, porque en la zona no hay más nacientes», dijo la doña.

Dijo además que es propietaria de un comercio al que pobladores de las compañías llegan para ofertar sus animales domésticos para que no mueran de sed y sean aun más perjudicados.

Contó que los estancieros también están compartiendo con la población el agua de sus tajamares, lo cual sirve para asearse o lavar los cubiertos y ropas aunque no es potable como para beber.

Mabel Shupp, concejal de Caapucú, contó que en la ciudad todos están unidos por una sola causa, que es la falta de agua.

«La Junta de Saneamiento está sin agua ya que el arroyo Jaguary, de donde nos surtíamos, está seco. Ahora solo dependemos de la naturaleza. El pueblo no tiene agua. Tenemos 17 compañías más la zona urbana, al rededor de 10 mil personas están sufriendo», aseguró.

«Gracias a las donaciones de agua estamos repartiendo por los barrios y compañías, la Essap y Emergencia Nacional nos envían el agua pero no abastece. Seguimos pidiendo ayuda de toda el agua que nos puedan enviar» he’i.