Un tipo que después de tomarse hasta la presión con pajita quiso «desafiar» las leyes de la física ahora no solo aprendió que dos cuerpos no pueden ocupar un mismo lugar al mismo tiempo sino que además la «lección» le va a salir más cara que pasar un fin de semana en Encarnación.

Había sido que el prójimo venía tuichante tatare con su camioneta. Y como que ya no veía muy bien ¡se fue a chocar por tres vehículos que estaban estacionados! Para colmo de males, uno de esos tres móviles ¡era una patrullera!

Todo el guyryry se dio sobre la calle Las Residentas y la Ruta Mcal. Estigarribia, a la altura del Km. 22 en horas de la madrugada, cuando F. B., de 30 años, iba en su Nissan Terrano, según agentes de la comisaria 8 de Capiatá. El hombre fue sometido la prueba de ka’utest y dio como resultado 0,92 mg de alcohol en su sangre.

Primero chocó por una Patrullera de la marca Isuzu, de la Policía, un Toyota Allion y otro Toyota Premio. Cuando pilló el sarambi que armó, calvó el acelerador y se fue derechito… ¡a entrar por un camioncito Mitsubishi Canter! Por suerte ahí se le quedó su camioneta, sino hasta ahora posiblemente seguiría onda «pinball».

Esta vez la frase okau’a y suerte no estuvo a su favor del conductor.