El fútbol es el deporte más hermoso del mundo, de eso no hay dudas, pero al mismo tiempo es uno de los que más violencia genera. Y el más claro ejemplo es lo que pasó el sábado en el partido entre los equipos Sub 20 de Palmeiras y Sao Paulo, que se enfrentaron por la “Copinha” o “Copa Sao Paulo de Fútbol Junior”.

Tras más de 90 minutos de fútbol el Verdao venció por 1-0 al Tricolor y se clasificó a la gran final, pero poco antes del pitazo final se produjo un incidente que dejó a todos con la boca abierta, a los jugadores con miedo y volvió a abrir el debate de hasta dónde puede llegar el fanatismo.

Un integrante de la barra brava de Sao Paulo ingresó al campo de juego, con un cuchillo en la mano, con la intención de apuñalar a un jugador de su equipo; a quien responsabilizó por la derrota del elenco de la ciudad de San Pablo.

De inmediato todos los jugadores intercedieron, pero en ese momento otros dos individuos saltaron desde las tribunas y se metieron en la cancha.

Se generaron forcejeos con el primer barra brava que entró y en esa instancia uno de los chicos del Palmeiras se acercó al juez y le dio un cuchillo que había visto en el césped.

Todo en un marco de mucha tensión donde los jugadores del Verdao le pidieron al juez que suspenda el encuentro, sin embargo el “Soplapitos” decidió completar el jugo y agregó otros dos minutos en un clima muy difícil. Al final el juego terminó 1-0 a favor de Palmeiras.

El partido jugado en el Estadio Arena Barueri fue transmitido por televisión y el barra brava que ingresó en el campo de juego y fue señalado como el que portaba el cuchillo fue detenido y será investigado en el Jecrim (es el Juzgado Penal Especial).

¿El barra brava ingresó con intención de matar a alguien?, ¿Hay control en los estadios de Brasil?, éstas y otras preguntas por ahora no tienen respuestas.