El calor que supura del asfalto no es nada comparado con la sangre «hervida» que siente en el corazón don Nery Ayala (52), uno de los choferes despedidos de la Línea 38, la semana pasada.

La empresa lo rajó por «exceso de velocidad» ndaje, pero en realidad su falta es «ser sindicalista y llegar a los 9 años de antiguedad», asegura. Ahora se crucificó y encadenó a un árbol como medida de fuerza extrema, ya que por las buenas nadie los escucha he’i.

«Casi el 100 por ciento de los velocímetros de las unidades de transporte no funcionan, inventan los motivos, Nery es uno de los mejores conductores, su pecado es estar en sindicato y exigir lo que corresponde», indicó a Crónica, Reinaldo Fernández, del sindicado de trabajadores.

Deste temprano los choferes de la Línea 38 ojapo lobby frente al Ministerio del Trabajo, esperando a la ministra Carla Bacigalupo, para encontrar alguna respuesta a reivindicaciones laborales que hace rato vienen pidiendo.

«No vinimos de paseo, nos quedaremos hasta que Dios diga basta, hace más de un año que afrontamos la persecusión a los sindicalizados, queremos la reposición de los compañeros despedidos injustamente, que respeten nuestros derechos», indicó.

La Línea 38 tiene su parada en Ypané, frente a Cervepar, desde ahí tiene diversos trayectos para cubrir Ypané, Villa Elisa, Ñemby, Asunción hasta Barrio Obrero.

«No traslamos mercaderías, llevamos vidas humanas, ningún chofer va rendir al cien porciento, si pasamos por tanto sufrimiento para trabajar, muchos dejaron por la necesidad y aceptaron las migajas por culpa de una mafia política que maneja el transporte», enfatizó.