La noche del jueves santo era bastante tranquila en general en la ciudad de Pedro Juan Caballero. Pero en un hogar, la desesperación se apoderó de todos cuando una pequeña criatura de apenas dos años pasó momentos de zozobra.

Mientras que estaba cenando, un pedazo de pollo se le quedó atragantado en la garganta, por lo que no pudo respirar con normalidad y comenzó a ahogarse. Las alarmas sonaron rápidamente y la pareja que estaba con la criatura rápidamente reaccionó llevándola hasta el cuartel de los bomberos.

En el lugar, los efectivos procedieron con rapidez realizando las maniobras correspondientes para liberar las vías respiratorias ante la atenta mirada de una cámara de seguridad que era testigo muda de todo lo que pasaba.

Para tranquilidad de las personas que la socorrieron con el Jesús en la boca, el accionar de los bomberos fue más que oportuno y efectivo para que la historia tenga un final feliz.