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«Soy contadora, pero dejé mi trabajo para volver al lugar donde soy feliz»

«Soy contadora, pero dejé mi trabajo para volver al lugar donde soy feliz»

El populoso Mercado N° 4 hoy cumple 80 años, durante mucho tiempo fue el único lugar en donde se podía encontrar todo lo que se necesitaba, era como una visita casi obligada en la ciudad, antes de la proliferación de los supermercados.

Sus pasillos guardan muchas historias de personas que mediante su trabajo allí, se forjaron un porvenir, en su mayoría, los puestos son herencia que van pasando de generación en generación.

La mayoría recuerda su infancia en el populoso lugar, empezaron desde muy pequeños a especializarse en ventas, otros cuentan que se criaron en las canastas de sus padres y lo consideran su hogar, el cual no piensan dejar, pues mencionan que entre todos los vendedores son una gran familia.

Doña Katalina Almeida, recuerda que ella y sus 5 hermanos se criaron en el mercado. Su finada madre se dedicaba a vender verduras en la feria Aragón, de su trabajo había criado a sus 6 hijos quienes se hicieron profesionales gracias a ese local. Katalina pese a ser toda una profesional universitaria, a sus 64 años sigue vendiendo los mismos productos que vendía su madre, sin cambiar de rubro.

«Yo soy Contadora Pública, me recibí en la Universidad Nacional de Asunción, ejercí mi profesión unos años, pero después deje mi trabajo y mis clientes, para volver al lugar en donde realmente soy feliz. Llevo toda una vida en este lugar, y estoy rodeado de mi familia, todos aquí crecimos juntos y heredamos el local que era de nuestros padres» contó a Crónica.

La doña dijo que todos los hermanos son profesionales, gracias al mercado y que ella no quiere dejar el lugar pese a que mucho le dicen que ya no se sacrifique tanto.

«Nunca me casé, porque siempre fui muy independiente, trabaje desde muy chiquita y decía que no quería mantener a nadie ni tampoco que nadie me mantenga porque siempre tuve mi propio dinero. Ahora ayudo a mis sobrinos para que ellos tengan una profesión, los jóvenes de ahora ya no quieren trabajar en el Mercado» he’i.

Rubén contó que por familiaridad sigue haciendo sus compras en el puesto de donde era clienta su abuela. Foto: Cristóbal Núñez

 

Charlando con doña Katalina, se acercó a nosotros Rubén, quien contó a este medio que desde Tablada Nueva llega para hacer sus compras en el local de Juana. Le llama tía, porque desde niño visitaba el local, dijo que siempre acompañaba a su abuela quien era clienta de la madre de Juana, y por costumbre hasta hoy día visita regularmente el Mercado N°4.

Desde la media noche, luces artificiales iluminaron los pasillos del Mercado festejando un cumpleaños más.

 

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