Una de esas cosas “raras” que pasan en la vida y que no encuentran una explicación muy convincente es el que se dio en México, específicamente en la ruta que une Mérida con Cancún.
Por ese lugar transitaba un vehículo en el que viajaban un joven de 26 años y su madre de 56. Todo iba relativamente bien hasta que de la nada, en un suceso aislado que no se registra ordinariamente, un enorme árbol de ceibo que llevaba en el lugar tal vez varias décadas salió de cuajo.
Cuando sus más de 25 metros comenzaron a caer, justo pasaba por el lugar el auto. Demás está decir que, con la altura de esa planta enorme más el peso por su tronco y ramas de gran peso, el auto quedó como una tapita de cerveza a las cuatro de la madrugada.
Tras este suceso, extremadamente extraño, ya que situaciones de estas se registran en décadas, el milagro y la tragedia tomaron asiento. La mujer, que iba en el lugar del copiloto, murió de manera casi instantánea al recibir de lleno el impacto del enorme árbol.
Al hijo, a quien solo lograron rescatar luego que socorristas con motosierras hayan podido retirar el enorme árbol, no le pasó absolutamente nada.
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