Un episodio por demás confuso fue el que se dio el pasado viernes en horas de la noche, cuando a José, de 26 años, lo bajaron de un apysarapo de su moto y lo hicieron subir mbaretepe a una Vitz de color negro. Así, de la nada y de repente.

En comunicación con la FM 103.3 Urundey, de la capital del Amambay, he’i que “me asusté. No entendía ni sabía si eran policías o qué. Entonces comencé a correr de ellos hacia la zona de una carnicería, donde quise entrar, pero había sido uno vino detrás de mí. Ahí cuando intenté ingresar de hacia el fondo de la carnicería ya me agarraron entre dos y me empezaron a pegar. Ellos estaban entre tres o cuatro. Feroz tipos eran, todos con barbas y hablaban todo entremezclado portugués con guaraní y castellano”.

Así, forzado, lo llevaron al auto. Perdió su celular por el camino así que quedó incomunicado. Anduvo por media hora más o menos por todo tipo de caminos hasta que llegaron. “Ya me habían pegado unas cuantas veces, pero de repente uno dice que esperen. Me metieron a un baño y comenzaron a mirarme. Ahí escuché que uno de ellos le dijo a los otros que no era el tipo, porque ese tiene muchos tatuajes. Me quitaron la remera y me preguntaron si no tenía tatuajes, a lo que respondí que no”, he’i.

En ese momento, terminó la golpiza. Lo dejaron encerrado y se fueron un rato. Pasaron unos pocos minutos y aparecieron con la foto del tipo al que en realidad estaban buscando. “Me preguntaron si les conocía, pero yo les dije que nunca les vi. Ahí se quedaron mirándome”, contó José.

Cuando se dieron cuenta que no era él al que debían tonguear, le pidieron disculpas, le ofrecieron algo de comer y de tomar para luego dejarlo libre. Es más, hasta le ofrecieron remedios por si le dolía algo. “Demasiado le parezco me dijeron y después me dijeron andate nomás”, he’i.

La Policía ahora se encuentra tras los pasos del fulano.