Ni la Penitenciaría Nacional de Tacumbú, ni la Regional de Ciudad del Este, no dan más, razón por la cual el Ministerio de Justicia, resolvió cerrarlas para nuevos ingresados. Ambos penales se encuentran abarrotados de reos que viven hacinados prácticamente en dichos lugares, generando de paso una preocupación enorme por diversas circunstancias.

“Es a fin de descomprimir el alto índice de hacinamiento que tenemos, estamos distribuyendo a los nuevos internos en los diferentes penales del país”, explicó al respecto el ministro Édgar Olmedo.

El alto funcionario de la cartera de Trabajo, indicó que el flujo de reos a los reclusorios, superó en los últimos meses, la capacidad en cuanto a infraestructura; esto, mientras se aguarda la culminación de la construcción de las nuevas cárceles de Emboscada y de Minga Guazú.

Otro factor que contribuye al hacinamiento de los penales, es la alta morosidad judicial que impera en el sistema. Gran parte de los internos no tienen condena, por lo que deben esperar la definición de sus casos, pera poder resolver eventuales alternativas de prisión.