Uno de esos hechos de no creer es el que se dio en Colombia, donde la Policía de ese país, en conjunto con la Fiscalía, atrapó a una banda de estafadores que, utilizando a mujeres que estaban entre el cuarto a quinto mes de embarazo, vivían “la vida loca” (menores de 20 años pregúntenle a sus papis).

Resulta ser que estos tipos, para estar a “ritmo” con Ricky, lo que hacían era conseguir las identidades de las mujeres que se encontraban en gestación, aprovechando que hoy en día todo es tecnología y se terminaron los papelitos, salvo el fiel amigo de las letrinas.

Colectaban los datos, se fijaban si tenían o no trabajo y ¡zas! las “contrataban”.

Les “asignaban” un sueldo interesante y al mes la echaban. Entonces, en ese momento, las “mujeres” pedían jugosas indemnizaciones el Estado, que tiene un rubro contemplado para situaciones como estas.

Este hecho, en los que mujeres eran contratadas repentinamente o tenían importantes aumentos de salario, es lo que llamó la atención de los investigadores. Algunas al momento del raje tenían sueldos, que en la conversión, eran de hasta 23 millones de guaraníes. Sonaba más bola que promesa de político.

Además, atendiendo a que usaban los nombres de mujeres que sí existían, cuando estas se iban a consultar se encontraban con que, sin tener trabajo, tenían acceso a asistencia “vip”, lo cual les llamó la atención e hicieron la denuncia correspondiente.

En total, al momento en el que se logró dar con la banda y atrapar a los responsables, se calcula que tenían alrededor de 470 “casos” armados.