¡Que purete! Mateo Gamarra nació en Concepción el 20 de octubre del 2000, tiene 21 años y su vida cambió por completo cuando pasó de Independiente de Campo Grande a Olimpia.
Desde que Julio César Cáceres se hizo cargo de la dirección técnica del Decano, él se ganó su confianza y también un lugar en el equipo titular.
Fichar por la “O” le permitió tener un mejor ingreso económico. No gana una fortuna, pero al tener un salario un poco más alto -comparando con lo que recibía en Independiente-, no dudó en ayudar a los que más lo necesitan.
Fue así que compró víveres en cantidad, lo subió a su auto y lo repartió a las familias más humildes de Concepción.
Él nació allí, creció allí y sabe la necesidad que tiene la gente de la zona. Como lo hacen cientos de peloteros, el bien se pudo haber olvidado de su gente; hacer la vista gorda y vivir la buena vida sin mirar a los costados; pero Gamarra actúo de forma admirable.
Sin ser de los futbolistas mejores pagados del fútbol paraguayo hizo algo que estos concepcioneros jamás lo olvidarán. Todos los aplausos para él.
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