Un caso de escopeta es el que se dio en la ciudad curepa de General Güemes, en la provincia de Salta, donde un médico se fue todito y armó un sarambi en el que incluso hubo amenazas de muerte de por medio.

Todo comenzó cuando una señora, dueña de un hostal que se encuentra frente al hospital más importante de la ciudad, puso unos conos en el espacio de estacionamiento para reservar un lugar para que, en caso que haya alguna emergencia, la ambulancia que llegue al lugar tenga donde estacionar.

Pero, un médico metido en la política de esa ciudad, que incluso quiso ser diputado provincial, llegó con el radiador ardiendo y echando chispas trancando de entrada con la mujer.

Según la denuncia que hizo la misma, el profesional de la salud, totalmente alterado, le gritó “¡Quien mierda son ustedes! ¡Quiénes se creen! ¿Son los dueños del pueblo para colocar los conos?”, y acto seguido la empujó y la derribó contra un auto estacionado.

En eso, el marido de la señora salió para calmar los ánimos y, en su intento por separar al médico para que no le siga agrediendo, el que la ligó fue él. He’i que cuando le puso la mano en el pecho al “nervio” para atajarlo, éste le agarró la mano y le mordió el dedo al punto que casi le arranca la falange.

Los gritos de dolor del hombre más los de la mujer en un ataque de histeria sumados a las put… que seguía tirando el médico (y no era una película de locos) hicieron que los policías de guardia salgan a ver qué onda. Al llegar, y encontrarse con semejante guyryry, detuvieron al médico quien amenazó a la pareja de muerte y a los polis les dijo que tenía influencias, ya que es o fue candidato a diputado provincial.

Al final, se fue a meditar al calabozo.