Uno de esos casos que se dan cada tanto fue el que se registró en la Chacarita, donde en pleno “proceiento” policial apareció una doña de 46 años para saber qué lo que estaban haciendo los uniformados que se llevaban de la oreja a un joven.

Primeramente, los polis la sacaron a un lado, pero como la señora no se quedaba, entonces procedieron a hacer el “cateo” correspondiente para controlar que, por las dudas, no represente un peligro para el accionar.

Pero, lejos de estar armada, ¡estaba equipada! ¡Tenía todo tío! En medio de las “palpaciones”, notaron que había bultitos en su cuerpo. La fiebre el mono estaba clara que no era. Al revisar, se dieron cuenta que la prójima, como si nada, se fue a meter en medio de los polis con unas 15 dosis de cocaína que estaban listas para ser comercializadas.

Ahí mismo se fue derechito al calabozo a la espera que el Ministerio Público diga qué hacer con la “metiche”, quien demasiado quería saber porqué se llevaban preso a un prójimo que, había sido, a punta de cuchillo asaltaba a choferes de plataformas y pelaba autos en zonas de clase alta.

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