En Hamburgo, Alemania, se dio un caso de pirevai nivel Dios que le costó unos días de cacerolita a un arriero furioso para que se tranquilice bien luego de haber pateado a un perro con todo sin qué ni para qué y haberle dado golpes a una señora ¡con una gaviota muerta!
La historia cuenta que la mujer, de 31 años, paseaba a su perro en compañía de dos socios cuando apareció “nervigen”, un arriero de 41 años, y de la nada se tomó con los tres. Después de recitarles un catálogo de ofensas, le prendió una patada al pobre firulais.
Ante semejante sorpresa, la doña peló celular y quiso filmar, pero se quedó con la boca abierta cuando el hombre se bajó los pantalones y luego agarró una gaviota muerta del suelo y comenzó a golpearla con ella. ¿Y los dos amigos que estaban con ella? ¡Se borraron!
Justo en ese momento llegó la poli y el tipo al ver a los uniformados se metió a un lago alrededor del cual estaban haciendo la caminata. Con la ayuda de una lancha de los bomberos y un helicóptero de la policía, los agentes pudieron alcanzar al sospechoso en medio del lago. Dos agentes lo sacaron del agua para arrestarlo. ¡Había sido que además tenía cuchillos!
Al final de la oreja lo llevaron a la comisaría si entender qué lo puso loco.
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