Selena Kellye, modelo paraguaya que en los últimos años radicó en México, descubrió su amor por los videojuegos y se convirtió en toda una gamer. Pasaron varios años para que Selena, se diera cuenta de que por pasar horas y horas frente a un computador, se estaba haciendo a un lado del mundo real, por lo que tomó la drástica decisión de abandonar los videojuegos y empezar a sanar su vida.

«El juego fue mi alegría y mi cabeza durante 3 años, conocía a tantas personas, pasábamos horas y horas juntas. Me encariñé, pero hoy esta una etapa que dejo atrás», anunció la cuerona en su cuenta de Instagram, abandonando su faceta de gamer, y en charla con Crónica, la misma explicó lo que la llevó a abrirse a un rumbo.

-¿Decidiste abandonar totalmente tu faceta de gamer?

-Si. Decidí dejar atrás mi etapa de jugar videojuegos con personas online, porque desde hoy empecé con una nueva vida. Si bien no soy santa, y es de a poco como toda cosa tiene su proceso, tomé la decisión de renunciar a todo lo que me separaba de lo real, como son lo videojuegos.

-¿Cuántas horas al día jugabas?

-Lo Máximo que llegué fue a 20 horas seguidas, mínimo jugaba 10 horas al día.

-¿Cuál es tu nueva faceta a partir de ahora?

-Hoy comencé a ser una estudiante del sistema Isha y a controlar mis sentimientos y emociones con la Yoga, el entrenamiento físico y la sana alimentación. Esto me ayudará a entender a las demás personas, a no juzgarlas, a entenderlas y a no juzgarme a mí, por sobre todo, que es lo más importante.

-¿Dejaste de ser feliz en el mundo de los videojuegos?

-Ahí está el problema, que yo pensé que era feliz jugando por horas y pasando con gente virtualmente y evitaba mi sanación. Entonces decidí dejar atrás todo eso, que en su momento me llenó, pero que hoy en día ya no es algo que sume o aporte algo positivo en mi vida.

-¿No crees que vas a extrañar lo que hacías?

-No. Seguiré teniendo contacto y cariño hacia las personas que conocí gracias al juego. de distintos países. Incluso varios me dijeron que lo mio es un buen ejemplo, y que, ojalá pronto ellos también puedan dejar el juego y salir a la vida real.

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