Cualquiera que lo mire, afirma con seguridad que es un gallo. La cresta roja, la manera en la que se aparea con las gallinas. Los famosos “cocorococo” mañaneros. Sin embargo, tiene “algo” que lo hace diferente: ¡pone huevos! Y no como hinchas infiltrados en barras ajenas para armar disturbios. Nada que ver. Es “ponedor” como cualquier gallina de granja, según lo asegura su dueño.

El propietario habló con el medio Elonce de Argentina y comentó que “es un caso rarísimo. Toda mi vida viví en el campo y nunca vi un gallo ponedor. Todos los días canta de mañana temprano y se monta a las gallinas, tiene las actitudes características de un macho”.

El animal tiene dos años y lo criaron desde que nació. “El animal siempre se alimentó con alimento balanceado, tiene una gran cresta roja, espuelas en sus patas, pesa unos dos kilos y hace poco nos sorprendimos al verlo poner huevos”, mencionó.

“Un día vimos al gallo que estaba la cola para arriba y comenzó a hacer un movimiento extraño, como el de las gallinas cuando ponen un huevo, entonces puse la mano para ver qué pasaba y en un momento el animal largó un huevo, pensé que iba a largar otra cosa, pero no”, aseguró hasta si se quiere con asombro.

Un médico veterinario especialista en avicultura señaló que “es una situación muy extraña y genéticamente imposible”. Aseguró que la explicación más lógica es una confusión en el aspecto del gallo. Es decir, podría ser genéticamente una gallina, por su sistema reproductor; pero fenotípicamente un gallo, por su apariencia física.

De todos modos, recién cuando el dueño autorice que se le hagan los estudios correspondiente se podrá saber si es gallo o gallina. Mientras, seguirá siendo una intriga, ya que tiene una espuela en una pata y en la otra no. Debajo del pico, tiene una barbilla típica del gallo, pero también una que se asemeja a la de las hembras.

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