Quienes fundaron el mal llamado Ejercito del Pueblo Paraguayo (EPP), tenían la intención de formar un ejercito con más de 1.500 personas ndaje, sin embargo, hoy día y después de todo el descalabro que armaron y vienen armando, apenas suman 20 sus integrantes.

Lo que sí, es que estos arrieros son “piel y hueso”, según el informe del Ministerio del Interior, al describir a los abatidos en la jornada de ayer.

De igual forma, menciona que los cuerpos, de los fallecidos del EPP, verifican dolencias de piel propias de las condiciones en que se desenvuelven en el día a día, así como la falta de medicamentos para mitigarlas o sanarlas.

“Revela que están sobreviviendo en malas condiciones, con problemas de desnutrición y falta de logística”, según le bajó el ministro del Interior Federico González.

De esta forma se puede concluir, según los investigadores, que la presencia de la cabeza principal (Osvaldo Villalba, uno de los abatidos) y de otros en la zona donde fueron ultimados, puede señalar que la logística del grupo es muy deficiente.

El caso de Osvaldo Villalba (al que los epepistas llaman el “jefe supremo”), su cadáver desvela que aparte de la desnutrición crónica que padecía, presentaba dolencias en la piel.

Los terroristas del EPP, al decir de los intervinientes, se manejan siempre bordeando cauces de agua, principalmente ríos. Y que a lo largo de ese circuito realizan sus campamentos temporales, en donde no quedan por mucho tiempo.

Los tres miembros abatidos del EPP por parte de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC) son Osvaldo Villalba, Luciano Argüello Larrea y un nativo conocido con el alias de Simón. “Se puede evaluar el combate al EPP como positivo hasta ahora”, he’i karaí ministro González.

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