Un caso de escopeta fue el que se dio en el sur de la Argentina, donde una mujer se vio en figurillas a la hora de traer a un argentino más a este mundo. La misma tenía una cesárea programada pero jamás pudo llevarse a cabo es ese lugar porque el anestesista no aparecía. Recién cuando sonó el teléfono del hospital se supo que el hombre no iba luego a llegar: lo agarró la policía manejando “doblado” en la ruta que une dos ciudades importantes de esa zona del país.

“Se lo trata de interceptar con un vehículo policial, evade el control, acelera y se dirige al centro de Rawson”, contó una fuente oficial a ADNSUR. “Luego de dar aviso a las comisarías de la zona, lograron interceptarlo y lo identificaron como personal de salud del Hospital Santa Teresita”, reza el comunicado que fue emitido por medios del vecino país.

Los agentes le realizaron el test de alcoholemia informaron que dio como resultado positivo, «superior a 1 por ciento». Enseguida le incautaron el vehículo y la licencia de conducir que, para colmo, estaba vencida.

Y eso no es todo: en ese estado, el profesional se dirigía a realizar una cesárea programada en el hospital donde trabajaba. La paciente que lo esperaba debió ser trasladada hasta Trelew para poder dar a luz a su hijo, he’i fuentes periodísticas. «No sería el primer caso que se da con este señor, que sería un médico que trabaja en el sistema de salud», señalaron los policías.

Desde la Dirección del Hospital de Rawson confirmaron que el anestesista fue apartado de su cargo y que, paralelamente, se elevó un sumario administrativo al Ministerio de Salud.

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