El tipo vive poniendo a trabajar a los uniformados. Es que cada vez que logran dar con él, al toque se manda a mudar y empieza la película de nuevo. Y sí, es más escurridizo que el aguinaldo enfrentando cuentas. Luego de atraparlo se mandó a mudar, lo agarraron, lo llevaron a la comisaría ¡y se volvió a escapar! Al final, lograron recapturarlo.

El “Pitufo”, como se lo conoce, había entrado a la casa de un vecino de la que se llevó unas cuantas cosas. Cuando ya “consumió” todo lo que tenía en su poder, decidió que era momento de ir por más. Fue así que entró de nuevo al domicilio que ya había “visitado” antes y de nuevo quiso hacer de las suyas. Pero, esta vez, el dueño de casa lo estaba esperando.

Con la ayuda de unos vecinos lo atraparon y se lo entregaron a los uniformados. Camino a la comisaría, el tipo se las ingenió para saltar de la camioneta en la que iba y tratar de darse a la fuga. Sin embargo, luego de unos minutos, dieron con él de nuevo y ahora sí llegó hasta la comisaría.

Una vez en la dependencia policial, solicitó ir al baño. Se le permitió hacer uso del mismo pero aprovechó un descuido para ¡correr de nuevo! Ahí nomás los uniformados, una vez más, salieron detrás del prójimo al que, de nuevo, lograron reducir para llevárselo a un calabozo que tendría que tener siete candados más o menos para asegurar que ya no se escape.

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