Final del partido. Ameliano toca la gloria. Se consagra campeón de la Supercopa y sus jugadores celebran con su puñado de hinchas, que fueron a alentarlos en un estadio dominado por olimpistas.

Éstos, obviamente con la amargura de la derrota, no querían saber nada y apenas recibieron sus medallas, querían meterse en vestuarios. Pero uno que sabe de saber ganar, pero más de «saber perder», es Antolín Alcaraz.

El veterano zaguero los atajó a todos y literalmente los obligó a que se queden para ver y aplaudir la premiación del rival,que los ganó dignamente y con merecimientos. «¿Donde se van? Vengan a aplaudir al Campeón, hay que ser buenos deportistas», fueron sus dichos -según testigos-.

Todos le hicieron caso y se vio finalmente un momento de mucha deportividad por parte de los jugadores franjeados, que aplaudieron a cada integrante de la «V» Azulada, gracias al pedido de su compañero.

Antolín, como el jugador más experimentado, demostró con esto, que en la derrota también se puede ser digno y que éstas acciones deben primar en el deporte. ¡Puretazo!.

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