En el año 2010 Bruno Fernandes era arquero de Flamengo y de la Selección de Brasil. Tenía grandes chances de jugar el Mundial del 2014 con la casaca verdeamarella y vivía un presente de ensueño.

Pero su vida se derrumbó en junio de ese 2010 cuando la Policía Civil de Minas Gerais lo acusó de homicidio y fue detenido.

Las investigaciones revelaron que Bruno había matado a su exnovia, la modelo Eliza Samúdio, y le dio parte del cuerpo a los perros para que se lo coman. Tras ser llevado a juicio fue condenado a 22 años de cárcel.

Fernandes y Eliza tenían un hijo en común y ésta le estaba exigiendo la cuota por la prestación alimentaria del niño, cuando desapareció y días después fue encontrada muerta.

Desde 2019 el exportero del Flamengo y Atlético Mineiro disfruta de un régimen de semilibertad, que ha aprovechado para jugar al fútbol aficionado y estudiar, tal es así que ahora anunció que se está preparando para ser coach deportivo. Culminó sus estudios y una vez que cumpla el 100% de su condena, buscará abrirse camino en este campo.

La gran pregunta que todos se hacen es, ¿Qué club lo querría contratar con semejantes antecedentes judiciales?

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