En Estados Unidos se volvió una tendencia desde hace años. El movimiento conocido como Earth Flat, o “tierra plana” en español, también llamado “terraplanismo”, he’i que en realidad el planeta en el que vivimos no es una esfera, como lo aseguraban incluso los griegos hace miles de años. Y esta creencia, cuyos precursores modernos salieron de Reino Unido, ya cuenta con adeptos alrededor de todo el mundo.
Según los integrantes de este movimiento, la tierra es un círculo cuyos bordes son los grandes témpanos de hielo que se forman en la Antártida, lo que hace que las aguas de los mares no se “caigan” del planeta. Si bien es cierto que reconocen que tenemos una atmósfera, aunque no tanto como la que la ciencia dice que existe, aseguran que el Sol, al igual que la Luna, orbita alrededor de la Tierra, al revés de como los entendidos en la materia sostienen, y que la gravedad no existe, sino que este disco en el que habitamos va para arriba a gran velocidad, lo que hace que nos aferremos al suelo.
Pero, con tantas evidencias, videos, fotos, ere eréa, que según ellos son todos bola creados por los yanquis, ¿cómo es posible que haya gente que crea que la tierra es plana? ¿A qué se debe esta postura? Una publicación de Perfil, realizada por Pablo Corso, revela que un estudio que se hizo en una Universidad, entre 1.200 alumnos de ingeniería, negocios y ciencias sociales así como profesionales de altos ingresos, también universitarios, dio como resultado que el 17% de ellos no creían que la Tierra fuera una esfera.
Fue ahí donde apareció un misterioso efecto conocido como Dunning-Kruger según el cual cuanto menos conocemos de algo, más creemos saber de ello o que engloba a aquellas persona que, no sabiendo mucho de algo o demostrando habilidad para eso, más creen saber sobre el tema o ser más hábiles de lo que en realidad son. En síntesis, como que se sobrevaloran, creyéndose Manchester City cuando no pasan de ser un Sport Pira Cuarto cualquiera.
“Cierto tipo de personas necesitan sentirse especiales”, resume el economista y profesor José Arroyo-Barrigüete, de la Universidad Pontificia Comillas, donde se hizo el estudio.
Sugiere que el mismo perfil de algunos entrevistados puede haber influido. Con la fantasía de estar socialmente por encima de los demás, se autoperciben los únicos escépticos verdaderos, decididos a no creer en nada que no puedan comprobar por su cuenta.
TE PUEDE INTERESAR:
Comentarios