Está claro que, en algunas partes del mundo, el hombre no sabe convivir en paz. Y eso se ve reflejado en el terrible rostro que está dejando ver la guerra en dos puntos en especial: Gaza y Ucrania. Mientras que en el primero de ellos el hambre es el peor enemigo, producto del encierro al que son sometidos, en el otro se dieron nuevos ataques feroces hacia civiles.

Las Naciones Unidas ya calificaron la hambruna que están soportando los árabes como una «catástrofe» humanitaria. La mitad de la población en la Franja de Gaza se está muriendo de hambre y nueve de cada diez personas no están comiendo lo suficiente, según advirtió recientemente el subdirector ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos de la ONU (PMA), Carl Skau.

Por otra parte, Ucrania fue testigo de uno de los ataques más feroces desde que se inició la guerra tras la invasión de Rusia a su territorio. El ejército comandado por Vladimir Putin lanzó 122 misiles y docenas de drones matando a al menos 24 civiles y dejando heridas a otras 130.

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