Un rapai amaneció con el pie derecho y decidió ir al Casino a probar suerte. Como en Brasil el juego de azar es ilegal, decidió cruzar la frontera e ir a un conocido Casino de nuestro país.
Se sentó en la mesa de póker y comenzó apostar, ganó la primera jugada, ganó la segunda y varias partidas más. Hasta que saltó la alarma del lugar. Cuando fue a cobrar su ganancia, le salieron los guardias y le expulsaron del lugar.
No creyeron que el hombre podía tener demasiada suerte, sino que quizá tenía el «don de adivinar las cartas» ndaje.
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