En la terminal de bus de Goiania en Brasil apareció un actor vestido de Jesús crucificado, con corona de espinas y ensangrentado. Se sentó tranquilo y colocó un cartel a su lado que decía «sientate a mi lado».

Mucha gente se le acercó, solo lo miraban, agarraban su mano, y muchos comenzaron a llorar, como que se arrepentían de algo al verlo tan cerca.

Las personas que estaban en el lugar dijeron que sentarse junto al hombre y con solo mirarlo parecería que te daba paz y te emocionaba bastante. «Es de las experiencias que nunca más voy a olvidar en mi vida» dijo el actor Geann Francesco Toni, quien realizó eso para promover un acto que se llevaría a cabo en la ciudad.

El actor contó que no había palabras, solo miradas, pero eran tan profundas que algunas personas hasta derramaron lágrimas. «Se nota la necesidad de la gente de recibir una mirada, ojo con ojo. Sentía que las personas estaban sedientas de atención, cariño, ser acogidas. Veían que tenía solo pintura en el cuerpo, no les importó, ellos querían conversar con Jesús» agregó el actor que hizo de Jesús.

Dijo que él solo tocaba el rostro de algunas personas para que ellas se abran y le confiesen cosas. «Pero yo era solo un instrumento, solo las miraba sin decir nada» confesó.

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