El hombre le estaba dando duro y parejo al trago sin importarle las consecuencias que eso podría llegar a tener en su salud, atendiendo que era una persona de cierta edad.
En consecuencia, el hijo, demostrando cierto acto de preocupación, fue y derramó lo que estaba tomando para que ya no siga ingiriendo alcohol, atendiendo a que el mismo ya no quería saber nada de que le digan qué hacer y qué no hacer.
El hombre, lejos de entrar en razón, se fue hasta el depósito donde guardaban las herramientas y allí comenzó un verdadero calvario.
Del interior sacó un mazo de importante tamaño con intenciones de agredir al hijo. La madre, preocupada al ver lo que estaba pasando, intentó interferir para que no agreda a nadie y que el hombre se calme.
Sin embargo, preso de furia porque le habían cortado el chupi, el tipo remató toda su furia metiéndole un mazazo en la cara a la mujer produciéndole una importante herida entre la nariz y la frente.
Acto seguido desde la casa llamaron de urgencia al sistema 911 para ver si ellos podían «domesticar» al hombre enfurecido.
Minutos después los mismos arribaron y se encontraron a la mujer totalmente ensangrentada y con una importante herida por lo que procedieron a reducir al hombre y asistir a la afectada hasta un centro asistencial para que sea revisada de urgencia.