Suman y siguen los casos de incidentes aéreos en lo que va del año, como pocas veces se dieron de manera tan seguida. Luego que una nave de Alaska Airlines perdiera una parte del fuselaje en pleno vuelo y que otro de Latam “cayera” de manera abrupta dejando varios heridos entre los pasajeros, ahora se suma un carguero de Federal Express, más conocida como FedEx.

Otra constante es que, de nuevo, se trata de un Boeing, la empresa que proporcionó los aviones a las otras compañías y que, tras una serie de denuncias, terminó siendo nombrada más de la cuenta cuando, de manera muy misteriosa, dos personas vinculadas a la misma fallecieran.

En este caso, el Boeing 767-300 había salido de París (Francia) con destino a Estambul (Turquía) transportando distintos tipos de mercaderías. Sin embargo, a la hora de aterrizar, pillaron que había una falla, aparentemente hidráulica, que no les permitió sacar el tren delantero.

Es por eso que el piloto, quien demostró que tiene clara la película, sobrevoló la zona por unos 40 minutos intentando “quemar” la mayor cantidad posible de combustible y, de paso, intentar darle una solución al grave problema que estaban teniendo.

Finalmente, como no se solucionó la falla y ya se estaban quedando sin nafta, terminaron con un aterrizaje perfecto en el que las ruedas traseras hicieron contacto con pista y la trompa sólo comenzó a rozar el asfalto cuando la velocidad ya ofrecía seguridad. Los chispazos y un principio de incendio no se hicieron esperar en la maniobra pero la rápida acción de bomberos evitaron lo peor.